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RÓMULO Y REMO: EL PRINCIPIO DE UNA LEYENDA

 

 

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​Antes de leer:

¿Has escuchado alguna vez la historia de Rómulo y Remo? ¿Qué sabes de ella?



¿Puedes relacionarla con la siguiente imagen?

Nivel MCER: B1+, B2

Edad recomendada: A partir de los 10 años.

¿Qué relación encuentras?

Es posible que algunas expresiones del texto no te sean familiares, aquí te mostramos algunas para mejorar tu comprensión:


- Presurosa: que va rápido, tiene prisa por llegar a algún lugar.
- Pese a su historia: significa a pesar de las cosas que ha vivido.
- Testarudo/a: son aquellas personas que siempre tienen que tener la razón.
- El juego de piedra, papel y tijera: ¿Qué tal si lo investigas en la Wikipedia? Entenderás rápidamente de qué se trata el juego, míralo haciendo clic aquí. 

- Pero la vida dio muchas vueltas: Es una expresión que se usa para mostrar que las cosas pueden cambiar mucho en la vida de alguien. 

- Fatigados: Cansados.       

Para que te guíes mejor hemos resaltado algunas cosas que pueden ayudarte:

En rojo encontrarás el nombre de los personajes

En amarillo los conectores textuales

En verde los diminutivos

En negrita y subrayado el Se una partícula que estudiaremos en la sección de gramática de los ejercicios. 

¿Has visitado alguna vez Roma? ¿Qué tal si lo haces a través del google maps? Descubre esta ciudad y hazte una idea de ella antes de empezar a leer la historia de su fundación. 

Ahora que conoces un poco acerca de lo que se va a hablar, empieza a leer el cuento, observa las ilustraciones y ¡Empieza a imaginar! ¿Quieres escuchar la historia narrada por un hablante nativo? Haz clic en la flecha que encuentras debajo y empieza a seguir la historia.

Existe una leyenda que se originó en un

extraño lugar, era tan particular que tenía la forma de una gran bota. Resulta que en esta tierra peculiar existió una loba cuyo nombre era Luperca, y ésta era algo diferente a las demás lobas de la región, porque no tenía lobitos, ni aullaba y por eso no asustaba como los demás lobos. Por el contrario, era tan buena que un día que estaba corriendo a la orilla de un río tratando de escapar de una poderosa tormenta vio a dos hermosos niños, hermanos gemelos, que se ahogaban en las turbias aguas, y ella, presurosa, los rescató, salvando sus vidas y alimentándolos como si fueran sus propios hijos.

La loba los cuidó por un tiempo, con el mismo cariño con el que una madre cuida a sus pequeños,

brindándoles la protección y el amor que necesitaban.

Luego de un tiempo, y viendo que ya no podía criarlos debido a que estaban creciendo muy rápido, Luperca decidió entregárselos a una pareja de campesinos solitarios que conocía desde hace muchísimos años.


Pese a su historia, Rómulo y Remo no eran unos pobres huerfanitos, ni mucho menos. Aunque fueron criados por esa pareja de tiernos campesinos, aquellos hermanitos eran los únicos herederos de un trono tan importante, que al enterarse el rey, despertaron su envidia. Por este motivo fueron lanzados al mar siendo unos bebés, para que nunca pudieran reclamar lo que les pertenecía.


Pero la vida dio muchas vueltas, y después de algunos años Rómulo y Remo descubrieron su origen y se dispusieron a recuperar lo perdido. Fueron al reino, ayudaron a su abuelo a recuperar el trono, y él, en agradecimiento, les regaló un gran territorio a los gemelos, pero con la condición de que debían fundar una ciudad allí.

Era un trabajo difícil, debido a que eran dos hermanos muy testarudos y complicados. Uno quería que la ciudad estuviera al norte, el otro, por supuesto, al sur.



Al principio trataron de resolverlo con un concurso, el cual consistía en quien avistara más pájaros ganaría… Pero ese día no hubo un solo pájaro en el cielo.



Luego intentaron jugar a los dados. Remo trató de tirar su dado muy alto para que diera muchas vueltas, pero aquel dado terminó colgado en un árbol.


Después Rómulo tuvo una idea. Ganaría quien pudiera recolectar más conchas del mar. La idea era divertida, pero había un problema. Estaban a muchos kilómetros del mar. Así que eliminaron esa idea.


Los dos gemelos estaban desesperados, no sabían qué hacer, ya que el trabajo que tenían pendiente se convirtió en un problema.

Pensaron y pensaron. Volvieron a pensar. Pero nada salía de sus cabezas.


Después de tanto pensar, Rómulo decidió que una excelente solución sería terminarlo todo jugando a piedra, papel o tijera.


Entonces se lanzaron tras el juego.


“Uno, dos, tres… Piedra papel o tijera”. Primer intento y los dos sacaron Tijeras. No hubo desespero e intentaron nuevamente.


Esta vez sin el conteo previo se lanzaron: “Piedra, papel o tijera”.

Rómulo no logró articular bien y,  aunque sacó algo parecido al papel, no parecía serlo.

Así que su extraño papel no pudo vencer a la sólida piedra de Remo.


De nuevo, el desespero volvió a ellos. Rascarse las cabezas, caminar en círculos y comerse las uñas, o lo poco que quedaba de ellas.


-¿Qué podemos hacer? -Se preguntaban los gemelos.


Pensaron y pensaron. Volvieron a pensar. Pero nada salía de sus cabezas.

Luego tuvieron otra grandiosa idea: Un partido de fútbol.



Al no tener pelota, trataron de hacer una con algunas rocas que recogieron del río, pero ¿Podrías imaginarte un partido de fútbol con piedras? ¡Sería muy doloroso!



Por eso  esa grandiosa idea no duró mucho. La pelota que habían hecho resultó ser muy dura y al tratar de golpearla, Remo se fracturó el dedo gordo del pie izquierdo.

Cansados, doloridos y desesperados, Rómulo y Remo pensaron en otra nueva idea.


Pensaron y pensaron. Volvieron a pensar. Pero nada salía de sus cabezas.


Tan fatigados estaban, que decidieron descansar un poco bajo la sombra de un gran árbol, hasta que Rómulo preguntó:


- ¿Por qué estamos haciendo todo esto?


Remo no tenía la respuesta. Al parecer los hermanos, después de tanto alboroto debido a las competencias, habían olvidado el por qué de éstas.


-¿Y qué haremos? –Preguntaba Remo.


-Creo que estamos muy cansados –Respondía Rómulo-. Durmamos un poco y estoy seguro que luego lo recordaremos todo.

 

Y así fue. A la mañana siguiente se despertaron, lo recordaron todo y comenzaron de nuevo con las competencias.

Tenían una ciudad que fundar.

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